sábado, 16 de febrero de 2008

De rocas en altura


Las grietas comienzan a rodearme lentamente… Rozan mi cabeza, se escabullen en el tacto, logran penetrar mis oídos y romper con armonía la firmeza de mis notas agudas.
Ser disparada en retazos de vidrios, una sensación que ninguna voz de páginas ajenas aún me había contado. Debe ser mía y solo mía, porque mía es esa corteza que baila para el viento y se va resquebrajando en cada gota que cae. Es mía también esa montaña, esa roca de alturas infinitas que sin pedirme permiso me penetra y destruye cada intento de engaño para que sólo así sean nuevas las palabras que broten de mi boca imitando al silencio…