Por sobre el silencio: Ella, al borde de su cuerpo. Desdibujada en sus límites, lejana de su propio espacio, dueña de cada milímetro de los blancos que la estrujan.
movimiento
Causa de natural reflejo, triza la escultura. Es que sus dedos, entre la desesperación, habían improvisado el antídoto.
Por sobre la mesa entonces: Ella desgarrándose en lápices nocturnos,
se inmiscuye ajena.
1 comentario:
Es Pizarnik, siempre lo fue desde que escribí el texto hace tiempo ya y después vos la mencionaste en un otro comentario... ¿de esa casualidad se trata?
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