lunes, 24 de noviembre de 2008
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En la constancia mecánica del movimiento de las agujas se condicionan nuestros momentos. Cada parpadeo es controlado por un "Tic", cada sensación es signada por un "Tac". ¿Qué hay entre el milímetro que el segundero recorre y nuetras vidas? Dejo que mi pluma quebrada en teclas crea en el intento de rescatar de la monotonía del péndulo algo de lo que absorbe con su medido paso... Un fragmento más entre partes, otro grito que no decidió callarse.
4 comentarios:
De lo snob de un bar, almohadones, con música flotando, a la existencia que grita. Prefiero esto último. Gracias una vez más.
A.G.
A veces la tristeza llena huecos a los que ni siquiera debería acercarse.
Hermoso lo que escribís.
No te detengas.
Lola...
perdón por la demora, 5 o 6 meses, me dejaste un msj en mi blog -que por esas cosas (cierta cosa, como siempre) no actualicé- y nunca contesté. Gracias por escribir, muy lindo tu espacio, y te invito a que de vez en cuando mires el mío, pienso que te puede interesar.
Vivo en Rosario.
Saludos!
J.
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